Cada año espero con entusiasmo la llegada de septiembre para poder salir a dar largos paseos por la sierra de Madrid y perderme entre “bosques” de zarzas para coger moras silvestres. Su sabor, textura y propiedades distan mucho de una mora de cultivo y podemos hacer con ellas todo tipo de recetas ya sean dulces o saladas. Repetir cada año el ritual de volver a casa con una cesta llena de delicadas ambrosías negras, lavarlas, dejarlas secar y hacer con ellas conservas, fermentaciones, pasteles, guisos o ensaladas. Siempre podemos congelar una parte en pequeñas bolsas para poder utilizarlas durante el invierno.
Esta depurativa ensalada pre-otoñal de moras e higos regenera nuestro organismo tras la oxidación del verano combatiendo la acción de los radicales libres y nos prepara para enfrentar el otoño: las moras son antioxidantes y fortalecen nuestro sistema inmune.
Preparación
Para hacer la salsa mezclamos el vinagre de panza con el tamari y reservamos.
En una sartén ponemos a calentar el aceite, añadimos la cebolla y sofreímos unos minutos hasta que esté tierna. Añadimos el sirope y reducimos a fuego medio hasta que quede tierna, pegajosa y con un poco de salsa. Apagamos el fuego y añadimos la cebolla caramelizada y su jugo a la mezcla de vinagre y tamari. Reservamos el aliño.
En un bol mezclamos los berros, rúcula, moras y 2 higos cortados en cuartos. Añadimos el aliño, mezclamos bien y decoramos con las moras, higos cortados en mitades y ajo negro. Servimos inmediatamente.