Me encanta el hummus en todas sus versiones, siempre que puedo intento buscar otras formas de hacer está deliciosa pasta o crema que nos sirve para desayunar, untar en una tortita, rellenar wraps o cualquier verdura, para acompañar un plato, para picar con crudites o para hacer un delicioso sandwich vegano.
Mi ingrediente base siempre es el limón y el tahin (pasta de sésamo), a partir de ahí innovo con otros ingredientes para sorprenderme cada día con un hummus completamente nuevo. El sabor de este hummus es sorprendentemente parecido al original y una buena opción para aquellos con problemas para digerir la legumbre.
Hummus significa garbanzo. Siendo así, en realidad, las variaciones de “hummus” que suelo hacer no deberían llamarse hummus, puesto que no llevan garbanzo. Pero prefiero quedarme con este nombre tan sonado y dejar fluir la creatividad.
Para esta receta crudivegana he sustituido el garbanzo por calabacín crudo y he reforzado sus cualidades depurativas utilizando el mix detox de espirulina y clorella de El Granero Integral.
Preparación
Ponemos todos los ingredientes en una batidora de vaso o thermomix y trituramos hasta obtener una crema suave, parecida al hummus.
Vertemos en un bol y decoramos con pimentón por encima.