El pudding de chía es algo parecido a unas gachas ligera de avena, dulce y ligeramente gelatinosa. La textura se consigue remojando las semillas de chía en un líquido para que hinchen y liberen sustancias mucilaginosas que le dan esa textura ligeramente gelatinosa. Absorben aproximadamente catorce veces su peso en agua, lo que las hace especialmente saciantes e hidratantes. Las semillas de chía consumidas sin triturar son ricas en fibras solubles que van a regular nuestro tránsito intestinal y además su mucílago es un gran demulcente intestinal que alivia el dolor o acidez. Sin embargo para absorber su contenido en ácidos grasos esenciales omega 3 es necesario tomarlas trituradas. Su sabor insípido permite que podamos jugar con ellas a nivel culinario y dependiendo de la receta darle unos matices u otros, en función del líquido en el que se remojen. Ademas de utilizarla para gachas, postres, parfaits y otras preparaciones dulces, podemos incluirlas en platos salados como espesante de una salsa, quiche, panes sin gluten y otras recetas. Lo ideal es dejarlas en remojo al menos media hora, aunque yo soy partidaria de dejarlas toda la noche en un líquido rico en propiedades. Por ejemplo una leche vegetal con canela y jengibre. Disfruta de este delicioso desayuno raw y benefíciate de todos las propiedades de la chía.
Preparación
Mezclamos la leche con la chia, canela y jengibre
Dejamos reposar la noche anterior o al menos al menos 30 minutos hasta que la chia se hinche y gelatinice en la leche de arroz.
Debe quedar como una crema muy espesa.
Antes de servir añadimos un poco más de leche de arroz hasta conseguir la consistencia que deseamos e incorporamos las bayas, manzana y pecanas.